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Save the music... ¡Pero ya!

Save the music... ¡Pero ya!

Me gustaría comentar una de esas cosas que, sin venir a cuento, me llaman la atención. Me encontraba hoy en el noroeste murciano de visita. Me acerqué a ver una procesión y he de decir que me ha sorprendido gratamente tanto el cortejo de nazarenos como las figuras que se alzaban sobre los tronos. Y es que hay Semana Santa más allá de los Salzillos, sólo hay que molestarse en investigarlo. La de esta mañana me ha parecido muy divertida y original. De todo el desfile debo reseñar la imagen de la patrona. En mi vida he visto una Virgen con semejante figura, sin ánimo de ofender ni blasfemar, la talla podría ser portada del Play Boy. Es la madre de Dios más sexi que procesiona en la Región, no me extraña que tenga tantos fieles. Ya por la tarde he practicado uno de mis deportes favoritos: ir de cafeterías. Entramos a una, el local estaba a reventar y entre los murmullos se escuchaba la típica música de fondo: el disco del reggaeton. Si ya comenté en este blog que no me gustaba la música comercial, ahora he de añadir que detesto esta especie de hip hop latino que tan de moda se ha puesto. El caso es que estábamos con el café y justo enfrente de mí se alzaba una de esas pantallas planas que son hipnóticas y te susurran a gritos hasta que las miras y entonces aprovechan para atontarte un rato. Estaba puesto el canal de televisión de los 40 principales y de repente, publicidad. Empiezan a salir en la pantalla grupos y solistas de hace unos añitos, interpretando canciones de las que bailaba de moza en los bares de la ciudad (para más información, leer artículo anterior). Entonces veo un cartelito que dice algo así como "los 40 clásicos" y la hora y del día de emisión. Lo primero que he pensado ha sido en deprimirme por que últimamente me siento viejuna, que dirían los chanantes. Pero se ha terminado la publi y ha vuelto el programa de los éxitos actuales y de morros me han dado con un tema de reggaeton. Entonces se me ha quitado la depresión de la antigüedad de golpe. Me sentía feliz de pertenecer a una generación que, aunque fuera durante pocos años, escuchaba buena música en los bares, pubs y antros de mala muerte. Tampoco es que fueran todos los temas dignos de incluirse en los recopilatorios del milenio, pero sí que tenía una cierta calidad y podía servir de base a la gente que comenzaba a escuchar y formaba su estilo musical en los locales de fiesta. Dios, Ala o Buda, entre otros, me libren de no tolerar toda expresión artística, pero el reggaeton que ahora forma musicalmente a los jovenzuelos es la peor cultura melómana de fondo y forma que se puede inculcar a una persona. De forma puedo expresar bien poco porque aún no se ha inventado un traductor de melodías en letra, pero digamos que el reggaeton lleva siempre la misma base, es decir, que apenas hay variación melódica. Tanto que se le ha reprochado esto a los Camela, que al fin y al cabo llenan nuestras gasolineras de cedés, cassetes y hasta deuvedés y el estilo musical al que me vengo refiriendo es bastante peor en este sentido. En cuando al fondo, os pongo unas estrofas de un tema titulado "Reggaeton latino": "Vamos, cázala. Dale, sin miedo, persíguela. No te cohíbas, acorrálala. A los ojos mírala, no pierdas tiempo. Vamos, sedúcela. Por el cuello muérdela. Sin pensarlo vírala, dale un roce. Caliéntala, aráñala". Y este tema es de lo más "light" que he encontrado por Internet. Que cada cual saque sus conclusiones. La mía, que esto no es música. La gente no puede crecer escuchando estas cosas. La música nos hace sentir, es la banda sonora de nuestros momentos y lo más importante: nos forma culturalmente. Ya sé que es muy difícil volver a la rutina  de antaño, pero entre todos deberíamos procurar que esta moda pasara cuanto antes. Sed buenos y uniros a la alianza para un mundo sin reggaeton.

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