De festejos y simbolismos
Apenas quedan unos días para que comience la semana santa (pascua con huevos de colores para los anglosajones). Aquí hay para todos los gustos, gente que adora las procesiones y gente a la que le supone más martirio la muerte y pasión de cristo que al propio cristo, sobre toda a la gente que se tiene que desplazar en coche. Mi caso es un tanto extraño, pese a no ser creyente disfruto la semana santa como el más fiel devoto, incluso desfilo en algunas procesiones. Hay quien me discute mucho eso, pero yo siempre he entendido la semana santa murciana más como una fiesta que como un riguroso acto religioso. Sólo hay que comparar los desfiles de la capital del Segura con los de la Andalucía profunda... nada que ver. Es cierto que en muchos sitios nuestra semana santa no está vista con buenos ojos por eso de que se reparten caramelos entre los asistentes y se pierde un poco del tradicional "silencio", pero que nos quiten esa originalidad y los Salzillos, factores que hacen única la semana santa murciana. Ya han conseguido el sello de Interés Turístico Internacional la semana santa de Cartagena y la de Lorca, la nuestra de momento sólo es nacional, pero tiempo al tiempo porque, repito, como ésta no hay ninguna. Los murcianos tenemos la suerte de juntar dos fiestas, la semana santa y otros siete días de jolgorio a continuación. El martes celebramos el tradicional Bando de la Huerta que consiste más o menos en salir a la calle a beber, ponerse borracho y en alguna otra cosa más. Y el sábado se festeja el Entierro de la Sardina, que en otras provincias y lugares del mapa español se realiza justo después del Carnaval. Por su espectacularidad, nuestra sepultura al pescadico valió el año pasado la consideración dé Interés Turístico Internacional. El Entierro de la Sardina tiene varios prolegómenos: pregones, testamentos y demás que con sinceridad sólo son disfrutados por los sardineros y dos personajes "famosos" que son homenajeados con las distinciones de "Gran Pez" y "Doña Sardina". El sábado es el día en el que murcianos y visitantes se pueden empapar bien del festejo. El Entierro de la Sardina consta de dos partes, un desfile de comparsas carnavaleras y una serie de carrozas desde donde se lanzan juguetes a los asistentes. Se me ha olvidado decir que en la Gran Vía de la capital se coloca una sardina de cartón piedra que es quemada en plan simbólico al terminar el desfile. Bueno, como esto se me ha quedado un poco explicación de guía turística, ahora quiero aportar mi granito de arena a los festejos. He pensado que este año podríamos dejar los simbolismos y quemar a la "Doña Sardina" de carne y hueso directamente. Es sólo una propuesta por eso de modernizar la tradición, ya me diréis qué os parece... acepto críticas y alabanzas.
0 comentarios